jueves, 20 de noviembre de 2014

Difícil situación en Libia

La principal alianza entre grupos islamistas y jihadistas se organizan bajo el respaldo y apoyo de los líderes políticos y militares de la ciudad de Misrata, dando lugar a la conocida como “Operation Dawn”, con el fin de combatir en Trípoli y Benghazi a las fuerzas con apoyo extranjero organizadas bajo el mando del General Hifter en la llamada “Operation Dignity”, la cual pretende acabar con estas alianzas mencionadas.

Ambos disponen de ayudas que provienen del exterior, como por ejemplo Qatar y Turquía apoyando a grupos islamistas en la ciudad de Benghazi para luchar contra las fuerzas de Hifter, o mediante ofensivas aéreas supuestamente llevadas a cabo por Egipto y EAU contra objetivos de la “Operation Dawn” en Trípoli.

Sin embargo, desde el interior de Libia se percibe con temor esta intervención extranjera, ya que provoca un aumento de los enfrentamientos armados sumado al incremento de la inestabilidad social y política, lo que puede acabar en un conflicto mayor en el cual estén involucradas fuerzas extranjeras de forma más directa y por el que se pierda el carácter revolucionario con el que se iniciaron las disputas.

Se produce así una difícil situación, un espacio político y social de división interna del país en donde ningún bando ostenta una autoridad real a nivel nacional, haciendo que los principales actores internacionales adquieran una posición de neutralidad y cierta pasividad hacia la situación.

En consecuencia, se prevé que el caos en Libia durará hasta que una de las distintas posiciones pujantes se haga con el poder, consiguiendo así el apoyo internacional necesario que facilite un proceso de transición política seguro, o por el contrario se produzca la división del estado.


Mapa de actores en Libia: